lunes, 29 de marzo de 2010

Obesidad infantil: se heredan los hábitos. 1ª

La obesidad infantil no es cuestión de genética. En el 95% de los casos, el exceso de peso en los niños se debe a los malos hábitos dietéticos, una serie de costumbres que sí pasan de padres a hijos.
Veamos algunos alimentos en "vías de extinción".
  • Zanahoria. Tres de cada diez niños no consumen ninguna de las dos raciones diarias de vegetales recomendadas, cuando lo ideal es que coman una ración en crudo y otra hervida como primer plato o guarnición. Antes de rendirnos debemos intentarlo con la zanahoria, los guisantes o petit-pois, el maíz,  los tomatitos, el champiñón y la papa. Suelen ser sus vegetales preferidos.
  • Pescado. Según los expertos, el miedo a encontrar una espina es el culpable de que los niños coman pescado a regañadientes. Como es imprescindible que ingieran pescado tres veces por semana, te recomiendo escoger piezas que se vendan en filete como el atún. Las gambas, los camarones, el calamar y los mejillones son alternativas igual de nutritivas e incluso, más ligeras.
  • Garbanzos. Las leguminosas sacian el apetito y no engordan, siempre y cuando tengamos la precaución de cocinarlas sin grasas como tocino, morcillas o chorizo. Los vegetales verdes y el arroz son excelentes compañeros de las legumbres, las hacen más digestivas y las convierten en un magnífico plato único. Los expertos las recomiendan dos veces por semana.
  • Melón. Es un entrante, un postre y un tentempié bajo en calorías. Quita la sed como un refresco, endulza el paladar como una golosina y, sin embargo, es mucho más sano que cualquier producto industrializado. Es ideal para picar entre horas, en la playa o la piscina.
  • Gelatina. Aunque su consumo no sustituye al de la fruta, la gelatina natural (no la de sobre, en polvo y cargada de azúcar), es una opción muchísimo más ligera y saludable que muchas tortas y algunos postres lácteos, ricos en grasas y azúcares.

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