viernes, 10 de enero de 2014

Efectos de la deficiencia de hierro y zinc en los niños

Suplementos de hierro y zinc mejoran la memoria en los niños

La deficiencia de hierro y zinc es sorprendentemente común entre los niños.
Este estudio demuestra los beneficios de la suplementación.
En un estudio que involucra a cien infantes de edades comprendidas entre los seis y los once años, los resultados sugieren que la deficiencia de hierro y zinc pueden asociarse con déficits de memoria que pueden mejorar con la suplementación. 
Los niños fueron clasificados como "deficientes en hierro", "deficientes en zinc" y "deficientes en hierro y zinc". 


Los niños categorizados en los grupos de deficiencia recibieron suplementación con hierro (2 mg/kg de peso/día) y zinc (5 mg/día). 
Los niños de edades entre 6-8 años y entre 9-11 años con deficiencia de hierro y zinc, mostraban déficits de memoria (memoria verbal y no verbal en el grupo de 9 a 11 años, y sólo verbal en el de 6-8 años), que mejoró con la suplementación con hierro y zinc.
Por lo tanto, los autores del estudio concluyeron: "La deficiencia de hierro y zinc está asociada con déficits de memoria en la infancia. Existe una señalada mejoría en la memoria después de la suplementación."

Read more here (in English): http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20972302
La falta de ética, la "corrupción" moral, es como el éter: está en todas partes.
El comentario me lo produce un estudio recientemente publicado que demuestra que los estudios científicos se ajustan a los intereses de quienes los pagan, se hacen a medida.
¿Son perjudiciales los cepillos dentífricos duros? No, si fabricas cepillos dentífricos; sí, si eres odontólogo.


¿Las gaseosas engordan? Bueeeeee... Tú eres el que engorda. 
Mira la nota de prensa (antes de que la quiten):

lunes, 7 de febrero de 2011

Consejos para manejar la obesidad infantil

291512_8247 En las últimas 3 décadas la prevalencia de obesidad en niños entre 6 y 11 años se ha cuadriplicado, mientras que en aquellos entre 12 y 19 años se ha triplicado. Si bien existen diferencias entre sexos y grupos étnicos, la prevalencia global de obesidad en población pediátrica es de 17,1%: uno de cada seis sujetos pediátricos tiene sobrepeso o es obeso.

Promover una vida más saludable desde la niñez ayudará a futuro a una mejoría tanto individual como poblacional y permitirá la transmisión de medidas higiénico-dietéticas a generaciones futuras.  

Algunas recomendaciones para mejorar la calidad de vida de estos sujetos incluyen evitar el consumo de alimentos ricos en calorías y pobres en nutrientes (bebidas gaseosas o azucaradas, la mayoría de comidas rápidas, snacks elevados en calorías), controlar la ingesta calórica mediante el control de las porciones de acuerdo con las Guidelines of the American  Academy of Pediatrics, reduciendo la cantidad de grasas saturadas en niños mayores a los 2 años de edad. También recomiendan el aumento de fibra en la dieta, vegetales, frutas, y el fraccionamiento de la alimentación, realizando varias ingestas al día, destacando la importancia del desayuno.

Síndrome de deficiencia nutricional

El Dr. Louis Ignarro ha publicado en su página un breve artículo acerca de lo que significa la palabra síndrome y qué se entiende por síndrome por deficiencia nutricional.
Como siempre, sencillo y bien explicado. ¡Ojo! Está en inglés.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Nutrición vs. alimentación

Se llama alimentación al acto de proporcionar al cuerpo alimentos e ingerirlos, comer. Es un proceso consciente y podemos modificarlo voluntariamente.  
La nutrición es el conjunto de procesos fisiológicos por los cuales el organismo recibe, transforma y utiliza las sustancias químicas que contienen los alimentos. Es un proceso involuntario e inconsciente.
El organismo humano necesita un suministro continuo de materiales que debemos ingerir: los nutrientes. El número de nutrientes que el ser humano puede utilizar es limitado, según los autores entre ciento catorce y ciento dieciséis.
La naturaleza nos ofrece los diferentes nutrientes en una amplia variedad de alimentos.
Podemos clasificar los componentes de cualquier alimento por las cantidades en que aparecen: los macronutrientes, que se encuentran abundantemente en los alimentos; los micronutrientes sólo están presentes en pequeñas proporciones.
Los macronutrientes son proteínas, glúcidos (o hidratos de carbono) y lípidos (o grasas). También se podría incluir a la fibra y al agua, que están presentes en cantidades considerables en la mayoría de los alimentos, pero no aportan calorías.
Entre los micronutrientes se encuentran las vitaminas y los minerales. Son imprescindibles para el mantenimiento de la vida, a pesar de que las cantidades que necesitamos se miden en milésimas, o incluso millonésimas de gramo (éstos son los llamados oligoelementos).
La nutrición requiere suministrar a las células todos los nutrientes que necesitan para funcionar, en las cantidades apropiadas. De ahí que se afirme que se trata de un comportamiento voluntario, pues el individuo debe tener el conocimiento y la voluntad para seleccionar los alimentos que van a permitirle cumplir ese objetivo: nutrirse. 
Y hoy es casi una utopía que tengamos los conocimientos, el tiempo y la voluntad para seleccionar con acierto las fuentes de nutrientes que nos convienen.

miércoles, 28 de julio de 2010

El calcio, eso que no sirve para los huesos sino...

Intrigante, ¿no? Pero real como una patada en... la puerta.
El calcio es el protagonista de mucha propaganda que nos vende productos "con calcio añadido". Algunos presumen de que su calcio es de origen biológico y no mineral (o sea, que procede de suero de leche y otras fuentes orgánicas en lugar de obtenerse rayando tiza).
Las campañas suelen bombardear a mujeres, advirtiéndoles que a partir de la menopausia padecerán pérdida de hueso y fracturas. En las conversaciones de la "sociedad culta" se dominan términos como osteopenia (debilitamiento del hueso), osteoporosis (pérdida de hueso), e incluso osteomalacia (reblandecimiento de los huesos por pérdida del calcio).
Pero ¿por qué se pierde calcio? Otra más: ¿para qué usamos el calcio?
Desde el punto de vista óseo el calcio se usa para construir los huesos y su escasez en la infancia comporta riesgo de raquitismo y retraso en el crecimiento, y osteoporosis o fragilidad de los huesos en adultos y ancianos.
Sin embargo, su uso más activo es en el sistema neuromuscular, pues participa en la transmisión de los impulsos eléctricos y en la contracción de los músculos lisos. Así, su carencia o nivel bajo se traduce en sensaciones anormales, como hormigueos o entumecimientos, debilidad del cabello y las uñas, reumatismo, palpitaciones cardíacas y calambres, mientras que desde el punto de vista nervioso aparecen angustia, agresividad, insomnio, dolores de cabeza y depresión.
La falta de calcio en niveles adecuados, nos impulsa a destruir hueso para conseguir los niveles adecuados, como si el hueso fuera un depósito, lo que explica los trastornos óseos.
¿Qué hace bajar el nivel de calcio? En primer lugar, que se ingiera una cantidad insuficiente. Además, el estrés, la insuficiencia renal, la insuficiencia pancreática, la ausencia de magnesio en la dieta, la excesiva ingesta de fósforo y la carencia de vitamina D, colitis o diarreas frecuentes y la falta de ejercicio físico
La vitamina D favorece la absorción del calcio y desempeña un papel esencial en la mineralización del hueso. Sin una adecuada cantidad de esta vitamina, los huesos de los niños no se pueden formar apropiadamente dando origen al raquitismo y la osteomalacia (ésta en adultos), provocando encorvamiento de las piernas, deformaciones de las muñecas, escaso desarrollo del tórax, conformación anormal del cráneo y falta de fuerza física.
Son pocos los alimentos que suministran mucha vitamina D (algunas clases de pescados, como el arenque, la anguila, el salmón y las sardinas, y en menor medida el hígado de ternera, la yema de huevo y el queso) y su síntesis requiere la luz solar. Esta deficiencia puede plantar un serio problema a los ancianos recluidos en sus casas, denominado osteoporosis.
Hay otras implicaciones que veremos en el siguiente resumen:
  • El calcio es un mineral que conforma el esqueleto, forma las estructuras óseas, el esmalte dental, y se encuentra en las uñas y los pelos.
  • Su absorción por el organismo y su fijación al hueso requieren la presencia de vitamina D, una vitamina que se sintetiza con el sol y se almacena en el tejido graso.
  • La participación activa del calcio en la transmisión del impulso nervioso y en la movilidad muscular, exige unos niveles de 90 mg/l de sangre.
  • Tiene efectos beneficiosos sobre la tensión arterial.
  • Es un relajante natural, favoreciendo el sueño y el descanso (sí, la abuela tiene razón cuando dice que te tomes un vaso de leche tibia si no puedes dormir).
  • Su exceso provoca la aparición de cálculos en los riñones.
Como siempre, toma la vida con moderación. 

viernes, 16 de julio de 2010

Los ácidos Omega 3

Hoy vamos a comenzar un repaso a viejos pero muy actuales temas. Comenzaré por unos boletines que publiqué hace casi cinco años.Si te gusta como si no, te invito a dejar tus comentarios.
¿Qué son los Omega-3?
Los ácidos grasos poli-insaturados Omega 3 (EPA/DHA), que se encuentran sobre todo en el pescado azul y en algunos alimentos enriquecidos, son nutrientes que pertenecen a los denominados "ácidos grasos insaturados". Su estudio científico comenzó hace muchos años al detectar que los esquimales y los japoneses, dos poblaciones con un altísimo consumo de pescado, presentan una baja tasa de enfermedades cardiovasculares.
¿Por qué son esenciales?
Esta palabra significa que tu organismo no los produce pero los necesita para funcionar correctamente.
Los ácidos grasos Omega 3 ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares, diversos tipos de cáncer, enfermedades inflamatorias, pulmonares y de la piel.
Además, son imprescindibles durante el embarazo y la lactancia para un correcto desarrollo de la función nerviosa y, en general, de otras muchas funciones orgánicas.
¿Sabías que hay un colesterol bueno?
Una alimentación rica en grasas insaturadas (ácido oleico, EPA, DHA), contribuye a aumentar en tu organismo los niveles de lipoproteínas de alta densidad HDL (o "colesterol bueno").
Estas propiedades se traducen en una reducción del riesgo de padecer enfermedad coronaria.
¿Son dañinas las grasas?
Las grasas saturadas (en general, las que son sólidas a temperatura ambiente), están relacionadas con distintas enfermedades, por lo que se recomienda disminuir su consumo y aumentar el de grasas insaturadas como el ácido oleico (el principal en el aceite de oliva) y los ácidos grasos Omega 3: evita los fritos, las grasas quemadas o marrones y las grasas de origen animal.
¿Cómo ayudan los Omega-3?
Los ácidos eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) son transformados por tu cuerpo en ciertas sustancias parecidas a las hormonas, imprescindibles para el buen mantenimiento de diversas funciones corporales.
¿Por qué es tan importante consumir una cantidad suficiente de  Omega-3?
Este tipo de ácidos es necesario para mantener tu cuerpo en óptimas condiciones. Desgraciadamente, los ácidos Omega 3 son escasos en las dietas modernas.
¿Por qué los ácidos grasos Omega-3 no suelen ser suficiente?
Los alimentos marinos (como el salmón y la sardina) son la principal fuente de ácidos Omega 3, pero no es una opción popular, unas veces por el alto precio del pescado fresco y otras porque se rechaza el pescado por tener “sabor raro” o ser “difícil de comer”.

¿Y si no te gusta el pescado?
Para ti que sólo comes pescado alguna vez, existen suplementos de alta calidad que te proporcionan la cantidad necesaria para tu ajetreado ritmo de vida, prueba el Herbalifeline, un suplemento que te aporta la cantidad necesaria y sin molestos reflujos.
¿Tomas la cantidad suficiente?
Según los expertos en nutrición, se recomienda tomar tres porciones de alimentos marinos a la semana. Esta cantidad proporciona los ácidos Omega 3 necesarios.
Un signo evidente de la deficiencia de ácidos grasos esenciales es la piel seca.
¿Cuánto necesito?
Las necesidades de ácidos grasos esenciales dependen de tu peso, la dieta y el ritmo de vida que lleves. Por ejemplo, si tu dieta contiene muchas grasas saturadas necesitarás más.