martes, 22 de junio de 2010

Niveles altos y bajos de manganeso pueden afectar el desarrollo cerebral de los bebés.

La doctora Birgit Claus Henn, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Boston, EE.UU., dirigió un estudio sobre los efectos que niveles relativamente altos o bajos de manganeso en sangre podrían causar sobre el desarrollo intelectual durante el primer año de vida. Para ello, estudiaron una población estadística de 448 niños mexicanos.

El estudio los analizó desde el nacimiento hasta los 3 años. Cada seis meses, los autores hicieron pruebas normalizadas de desarrollo mental, que incluyeron pruebas de vocalización, comunicación, memoria y resolución de problemas.

El equipo de Henn halló que a los 12 meses, los niños que ocupaban el 20 por ciento inferior o el 20 por ciento superior de la escala, según sus niveles de manganeso en sangre, tenían un rendimiento 3 puntos más bajo, en un test normalizado de desarrollo mental, que el resto del grupo.

Eso no prueba que el manganeso, que se encuentra en la comida, el agua, el aire y el suelo, sea la causa del retraso del desarrollo.

Pero coincide con la noción generalizada sobre los efectos del manganeso: se necesitan pequeñas cantidades en la dieta para que el sistema nervioso funcione normalmente, mientras que grandes cantidades son dañinas para el cuerpo.

Según Henn, esa diferencia es similar a la que se observa cuando el nivel de plomo en sangre aumenta de 10 a 30 microgramos/dL.

De todos modos, para Henn es posible que otros factores, por ejemplo la exposición a otras sustancias tóxicas, puedan explicar los resultados.

Dado que éste es el primer estudio sobre los niveles de manganeso en sangre y el desarrollo cerebral en bebés, Henn dijo que los resultados "deberían interpretarse cuidadosamente".

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